Además de la inflación subyacente, existen otros tipos que también deben estudiarse. La primera de ellas es la inflación por costo, que es básicamente cuando suben los precios de los productos y servicios. Generalmente, esto ocurre cuando se elevan los valores de las materias primas, generando un efecto dominó en la economía. Además, está la inflación por consumo, que es cuando se incrementa la demanda de ciertos productos, colapsando la capacidad de producirlos.
- Cuando la inflación sube de manera moderada, del orden del 2%, puede tener efectos positivos.
- El dato de la inflación subyacente puede mejorar la comunicación entre los bancos centrales y el público en general.
- De momento, las diferentes alzas en el precio del dinero unido a la caída en los precios del petróleo y de otras materias primas han dato buenos frutos.
- El IPC se expresa como un índice numérico, donde el índice base tiene un valor de 100 y los cambios posteriores en los precios se reflejan como porcentajes en relación al índice base.
- Cuantos más salarios estén vinculados al IPC, más probable será entrar en esta inflación sin fin, advierten.
A partir de este índice se obtiene la inflación subyacente, que extrae solo unos pocos rubros del IPC, arrojando una cifra mucho más precisa. Por ende, no se valora el combustible, electricidad, gas, frutas, verduras y otros elementos que sí aparecen en la inflación general. Asimismo, servicios como las comunicaciones, bebidas alcohólicas, tabaco, vivienda, calzado y muchos más forman parte del índice de precios al consumidor. Poniendo el caso de España, en concreto el dato de junio, se ve que mientras que el IPC general quedó en niveles del 1,9%, la inflación subyacente en el mismo mes fue del 5,9%. Mabrouk Chetouane y Nicolas Malagardis, estrategas globales de mercados de Natixis IM Solutions, explican las causas. “Mientras que el descenso del IPCA de junio siguió explicándose principalmente por los componentes volátiles, como la energía y los alimentos frescos, la inflación subyacente, que excluye estos componentes volátiles, se ajustó sólo modestamente, reflejando su naturaleza volátil”, explican.
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Además, explican que detrás de que esa inflación subyacente que sigue alta, y no solo en España, está el sector servicios que a su vez impulsa una mayor demanda de mano de obra y, un aumento, por tanto, de la inflación salarial. “El crecimiento salarial debería mantenerse mecánicamente por encima de su nivel anterior a la crisis y seguir alimentando la inflación subyacente a través de efectos de segunda ronda”, afirman estos expertos. La semana pasada España publicó que su dato de inflación había bajado del nivel del 2%. En concreto, el IPC se quedó en junio en el 1,9% convirtiendo a España en la primera gran economía de la eurozona que registraba un dato inferior a ese 2% que se marca como objetivo el BCE. Sin embargo, la inflación subyacente sigue estando muy por encima de esos niveles y ésta es precisamente la que más tienen en cuenta los bancos centrales a la hora de fijar su política de tipos. En esta entrada del Glosario de FundsPeople explicamos qué es y por qué es en la que más hay que fijarse.
Es, además, el dato más bajo de todo el año, puesto que los precios han subido todos los meses, en comparación con el mismo mes del año anterior, por encima del 6%. El Índice de precios de consumo (IPC) es una medida estadística de la evolución de los precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España. El Índice de Precios al Consumidor se calcula comparando el precio de una canasta de bienes y servicios representativa en dos períodos de tiempo diferentes. La canasta de bienes y servicios incluye artículos de consumo comunes, como alimentos, vivienda, transporte, atención médica, ropa, entre otros.
“Esto ocasionó, primero, un aumento en el coste de los sectores económicos que dependían directamente de él para funcionar -como el transporte o la industria- y, después, en los que dependían de forma indirecta -como la producción de insumos agrícolas o textiles”, explican desde Santander en su blog. De ahí que se buscara un nuevo mecanismo para medir la inflación que https://es.forexdemo.info/alexander-elder-biografia-completa-libros-y-videoformacion/ no tuviera en cuenta esos efectos y con el que se pudiera analizar el comportamiento de los precios al margen de esas situaciones puntuales. El concepto de inflación subyacente comenzó a utilizarse a raíz de un conflicto bélico que aumentó el precio del crudo en 1970. Este incremento afectó a otros sectores, como el automovilístico, ya que necesita esta materia prima.
- Según el Ministerio de Economía, entre los alimentos que más han visto reducido su precio son el pan, la leche, los huevos, los cereales, las legumbres y la carne.
- Ahora que ya ha salido a la luz, sabemos que el Instituto avanza que el crecimiento de 2023 se situará en el 2,3% y caerá al 1,5% a lo largo del año 2024, confirmando un enfriamiento cada vez más evidente de la producción.
- Estos datos del IPC albergan una rebaja de los impuestos eléctricos y otros tipos de impuestos fijos, que contribuyen al incremento de gastos en otras materias.
- La inflación subyacente se establece como un subconjunto en el que se excluyen los precios de bienes y servicios que son volátiles y no siguen la tendencia del resto de bienes y servicios.
Sin embargo, es una herramienta de política económica muy importante a la hora de determinar la evolución de una economía dejando al margen determinados precios que dependen de otros factores externos como pueden ser guerras, conflictos o crisis determinadas. La inflación subyacente se establece como un subconjunto en el que se excluyen los precios de bienes y servicios que son volátiles y no siguen la tendencia del resto de bienes y servicios. Esto explica que los datos registrados respecto a la misma suelan ser inferiores a los que presenta la inflación en general.
IPC (Índice de Precios de Consumo)
Lo previsible es que continúen subiendo durante varios meses más, mostrando cómo el ascenso de los precios de la energía se sigue trasladando al resto de productos que los españoles suelen adquirir cada mes. Muchas veces habrás escuchado hablar de la inflación subyacente y se te viene a la cabeza, el alto coste de los artículos y servicios, sin embargo, esta, a diferencia de la inflación general, no mide el aumento de los alimentos no elaborados ni productos energéticos. Su conocimiento nos permite tener una mayor certeza sobre el comportamiento de los precios a corto plazo. En momentos de gran incertidumbre energética como el actual, la medida de la inflación subyacente es de mucha utilidad, porque muestra el verdadero núcleo económico. A partir de aquí, el gobierno puede concentrarse en crear políticas públicas internas que incentiven la producción nacional para combatir la fluctuación de precios de rubros internacionales. Por todo esto, es indispensable tenerlo siempre como una herramienta de gran utilidad, especialmente en momentos como este.
La importancia de medir la inflación radica en que puede erosionar el poder adquisitivo del dinero. Los sindicatos UGT y CCOO recuerdan que este no es un caso aislado y que aquellos sectores en los que las organizaciones sindicales tienen mayor fuerza sí están consiguiendo firmar convenios con los que van a recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación. Es la razón por la que el Banco de España calcula que este año casi la mitad de los trabajadores con convenio tendrán este tipo de protección. El riesgo, bajo el punto de vista de los sindicatos, es mayor para todos aquellos sectores menos sindicalizados, donde sí se están viendo abocados a fuertes pérdidas salariales.
Por un lado, medir la inflación a medio plazo, ya que las perturbaciones transitorias son excluidas. La segunda razón es que esta medición de inflación es más afectada por la política monetaria. Un banco central no tiene mucha influencia sobre los precios https://es.tradercalculator.site/actividad-credito-y-deposito-arbuthnot-banking-rosnie-in-third-quarter/ estacionales de los vegetales pero sí puede influir con mayor vigor en los precios a mediano plazo. De ahí que los bancos centrales prestan mayor atención a la medición de inflación subyacente como forma de medir el éxito de su política monetaria.
¿En qué se diferencia la inflación tradicional de la subyacente?
La inflación subyacente es una herramienta valiosa para pronosticar cambios futuros en la inflación. Dado que se enfoca en tendencias a largo plazo, puede ofrecer una mejor idea de hacia dónde se dirigen los precios en la economía. Cuando la inflación sube de manera moderada, del orden del 2%, puede tener efectos positivos. Por ejemplo, estimular el gasto y la inversión, ya que las personas tienden a gastar más antes de que los precios aumenten aún más.
¿Qué es la inflación subyacente?
¿Te gustaría saber más acerca de cómo la nueva experiencia Salud Financiera de BBVA puede ayudarte a reducir los efectos de la inflación subyacente en tu economía? No lo dudes y consulta toda la información disponible en bbva.es y la ‘app’ de BBVA. La inflación subyacente https://es.forexdata.info/mark-carney-dio-un-discurso-en-el-parlamento/ se calcula mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE) junto al IPC General e IPC Armonizado. Estos datos del IPC albergan una rebaja de los impuestos eléctricos y otros tipos de impuestos fijos, que contribuyen al incremento de gastos en otras materias.
Este índice, que provisionalmente ha facilitado los datos de diciembre, ha marcado una tasa interanual de 5,8%, la menor desde noviembre de 2021. El Instituto Nacional de Estadística incorpora en el avance una estimación de la inflación subyacente, que ha subido seis décimas en el último mes del año hasta alcanzar el 6,9%. La inflación subyacente muestra la variación de los precios de la cesta de la compra sin tener en cuenta los valores económicos de la energía ni de los productos que no requieren fabricación. Por tanto, compara el aumento o la disminución del coste de los artículos en un corto plazo. Mientras que la inflación compara sobre todo la evolución de los precios a largo plazo, normalmente anual, la subyacente permite medirla de forma mensual o trimestral. Es por esta razón que, para calcular la inflación subyacente, es necesario separar los precios de las materias primas energéticas importadas, así como los productos nacionales no elaborados, en este caso, frutas y verduras.
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Una cosa es la inflación, que abarca todos los aspectos, y otra la inflación subyacente. Normalmente, algo que no ocurre ahora, la inflación subyacente suele ser más baja que la general pues registra las variaciones de los precios al consumo sin tener en cuenta la energía (gasolina, gas, electricidad) y alimentos no elaborados (como puede ser fruta, o verdura, entre otros). De ahí que la importancia de la subyacente radique en que permite observar y analizar hasta qué punto la inflación se cuela por el resto de la economía, y no solo en aquellos productos más volátiles. Se trata de un indicador económico que mide la subida de los precios, pero para calcularla, los economistas excluyen ciertos productos que tienden a variar más, como la energía (luz, gas, gasolina…) o los alimentos frescos. Por el contrario, se centran en los precios de bienes y servicios menos volátiles, como la vivienda, el transporte, las comunicaciones, la educación, la cultura o la atención médica. En el caso de la subyacente, como lo hemos mencionado antes, permite estudiar la variabilidad de los precios de consumo a corto plazo, pero sin tomar en consideración alimentos sin fabricar ni productos energéticos, pues, estos dependen de factores externos.